martes, 15 de octubre de 2013
El terror de Amytiville

En la madrugada del 15 de noviembre de 1974 Ronald Defeo de 23 años, asesino a toda su familia apunta de escopeta. Su padre, su madre y sus 4 hermanos fueron hallados en sus camas boca abajo sin aparente intento de tratar de salir corriendo o de oponer resistencia.

Ronald Defeo Jr.
Ya desde joven  Ronald, más conocido como Butch, presentaba un carácter violento, algún que otro problema con las drogas y afición por las armas. Este carácter también se vio marcado por el carácter también violento de su padre y de los malos tratos que este daba a su mujer y madre de Butch delante de toda la familia.
Así que una noche del mes de noviembre llevo a cabo un fatídico plan que llevaba preparando con tiempo. En la cena drogó a toda su familia y espero despierto a que toda su familia durmiera. A las 3:15 AM cogió su rifle de caza y fue habitación por habitación ejecutando su plan a sangre fría.
Al ser interrogado por la policía este declaro: “confieso que no hubiese podido parar aunque hubiese querido. No podía bajar el arma, no podía dejar de apretar el gatillo. Sentía como si alguien estuviese dentro de mí, manejándome a su antojo”.
También  confesó que no paraba de oír voces en la casa que le obligaban a matar a su familia como: “cógelos… mátalos...”.  Le fue diagnosticado un desorden psicológico, aunque no paso por un tribunal médico ni fue sometido a ningún examen psiquiátrico.
Por esto fue condenado a 150 años de cárcel, 25 por cada víctima. Actualmente sigue cumpliendo condena.
Ronald Defeo Jr. en la actualidad
Pero la verdadera historia por la que se hizo aun más famosa la casa empezaría un año más tarde cuando la familia Lutz decidió comprar la casa.
Solo vivieron en ella durante 28 días.

Desde primer día, decían que puertas y ventanas se abrían sola, que aparecían extraños olores, que escuchaban voces y sufrían de persistentes y aterradoras pesadillas, todo esto unido a un cambio brusco de comportamiento del Sr. Lutz volviéndose mas violento.
Los sucesos continúan en los siguientes días por lo que deciden llamar a un cura para que bendijese la casa. Palabras posteriores del cura describían la escena como un lugar con olor a putrefacción e incluso durante su visita en la tercera planta pudo oír a una voz pidiendo su marcha de la casa.
A partir de esta visita los sucesos van en aumento: la hija de los Lutz dice tener una amiga invisible que termina por aparecer delante de los miembros de la familia a través de los reflejos de la ventana o como una pesada puerta de madera fue arrancada de sus bisagras, malos olores y paredes manchadas sin motivo, incluso Kathy Lutz (la madre) llegó a dar testimonio de cómo había visto dos ojos rojos que la miraban desde dentro del armario de uno de los dormitorios. Aterrorizados por todo aquello deciden marcharse y no volver nunca más.

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