El
terror de Amytiville
En la
madrugada del 15 de noviembre de 1974 Ronald Defeo de 23 años, asesino a toda
su familia apunta de escopeta. Su padre, su madre y sus 4 hermanos fueron
hallados en sus camas boca abajo sin aparente intento de tratar de salir corriendo
o de oponer resistencia.
Ronald Defeo Jr. |
Ya desde
joven Ronald, más conocido como Butch,
presentaba un carácter violento, algún que otro problema con las drogas y afición
por las armas. Este carácter también se vio marcado por el carácter también violento
de su padre y de los malos tratos que este daba a su mujer y madre de Butch
delante de toda la familia.
Así que
una noche del mes de noviembre llevo a cabo un fatídico plan que llevaba
preparando con tiempo. En la cena drogó a toda su familia y espero despierto a
que toda su familia durmiera. A las 3:15 AM cogió su rifle de caza y fue habitación
por habitación ejecutando su plan a sangre fría.
Al ser
interrogado por la policía este declaro: “confieso que no
hubiese podido parar aunque hubiese querido. No podía bajar el arma, no podía
dejar de apretar el gatillo. Sentía como si alguien estuviese dentro de mí,
manejándome a su antojo”.
También confesó que no paraba de oír voces en la casa
que le obligaban a matar a su familia como: “cógelos… mátalos...”. Le fue diagnosticado un desorden psicológico,
aunque no paso por un tribunal médico ni fue sometido a ningún examen psiquiátrico.
Por esto
fue condenado a 150 años de cárcel, 25 por cada víctima. Actualmente sigue
cumpliendo condena.
Ronald Defeo Jr. en la actualidad |
Pero la
verdadera historia por la que se hizo aun más famosa la casa empezaría un año más
tarde cuando la familia Lutz decidió comprar la casa.
Solo
vivieron en ella durante 28 días.
Desde
primer día, decían que puertas y ventanas se abrían sola, que aparecían extraños
olores, que escuchaban voces y sufrían de persistentes y aterradoras
pesadillas, todo esto unido a un cambio brusco de comportamiento del Sr. Lutz volviéndose mas violento.
Los sucesos
continúan en los siguientes días por lo que deciden
llamar a un cura para que bendijese la casa. Palabras posteriores del cura describían
la escena como un lugar con olor a putrefacción e incluso durante su visita en la
tercera planta pudo oír a una voz pidiendo su marcha de la casa.
A partir
de esta visita los sucesos van en aumento: la hija de los Lutz dice tener una
amiga invisible que termina por aparecer delante de los miembros de la familia
a través de los reflejos de la ventana o como una pesada
puerta de madera fue arrancada de sus bisagras, malos olores y paredes
manchadas sin motivo, incluso Kathy Lutz (la madre) llegó a dar testimonio de
cómo había visto dos ojos rojos que la miraban desde dentro del armario de uno
de los dormitorios. Aterrorizados por todo aquello deciden marcharse y no
volver nunca más.
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